miércoles, 30 de julio de 2014

Guns n' Roses - knocking on heaven's door (Tocando las Puertas del Cielo)



Hoy me siento como si estuviera "Tocando las Puertas del Cielo"...al escuchar y recordar está hermosa melodía.



Guns N' Roses es una banda estadounidense de hard rock que se formó en Hollywood, Los Ángeles (California), en 1985. El grupo, encabezado por el fundador y líder de la banda Axl Rose, ha pasado por una línea de numerosos cambios y controversias desde su creación.
La formación actual cuenta con el vocalista Axl Rose, los guitarristas Ron «Bumblefoot» Thal, DJ Ashba y Richard Fortus, el bajista Tommy Stinson, el batería Frank Ferrer y los tecladistas Dizzy Reed y Chris Pitman. La banda ha publicado oficialmente seis álbumes de estudio, tres EP, un álbum en directo y dos recopilatorios. Es más conocida por su formación más clásica: Axl Rose (cantante), Slash (guitarra principal), Izzy Stradlin (guitarra rítmico), Duff McKagan (bajo) y Steven Adler (batería).
La banda ha vendido más de 135 millones de álbumes en todo el mundo,1 2 incluyendo más de 58 millones de álbumes en los Estados Unidos.3 El álbum Appetite for Destruction de 1987 ha vendido más de 324 millones de copias a nivel mundial y alcanzó el número 1 en el Billboard 200 en Estados Unidos. Además, cuatro canciones del álbum ingresaron en el Top 10 en la Billboard Hot 100, entre ellos «Sweet Child o' Mine» y «Welcome to the Jungle», que alcanzaron el número uno.5 Su álbum de 1988 G N' R Lies ha vendido más de 14 millones de copias en todo el mundo y su canción «Patience» entró en el Top 5 del Billboard Hot 100 y el álbum alcanzó el número dos en el Billboard 200.
Los álbumes gemelos Use Your Illusion I y Use Your Illusion II, de 1991, subieron al número 2 y 1 del Billboard 200, respectivamente, manteniéndose durante 108 semanas, teniendo una cifra combinada de ventas de más de 35 millones de copias a nivel mundial6 y 14 millones de copias vendidas solo en Estados Unidos,7 seis de los sencillos de ambos álbumes llegaron al Billboard Hot 100 y cuatro de ellos entraron al Top 10 de la misma lista, (dos de ellos al número 1). Su siguiente trabajo sería el álbum de versiones de canciones punk y glam del año 1993 titulado The Spaghetti Incident?, del cual se desprendieron tres sencillos, de los cuales uno entró en el Billboard Hot 100 y dos entraron en la recopilación de grandes éxitos; el álbum alcanzó el puesto número 4 del Billboard 200 y el número dos en el UK Album Chart. Durante el periodo en el que la banda volvía a los escenarios con nuevos músicos salieron dos discos, uno en directo titulado Live Era: '87-'93 en 1999 y otro recopilatorio llamado Greatest Hits en 2004; que, aunque la banda se mostró negativa a la salida del álbum, tuvo un gran éxito comercial (ha vendido casi 6 millones de copias solo en los Estados Unidos y 13 millones de copias en todo el mundo); llegó al número uno del UK Album Chart y tres en el Billboard 200, estuvo 138 semanas en el Billboard 200.8 Después de una década de trabajo y problemas con ex miembros en los tribunales, la banda publicó su siguiente álbum, Chinese Democracy, en 2008; han publicado tres sencillos, y uno de ellos entró en el Billboard Hot 100 y dos en el Mainstream Rock Tracks, y el álbum alcanzó el número tres en el Billboard 200 y el número dos en el UK Album Chart.
A finales de los años ochenta y principios de los noventa han sido descritos por la industria de la música como el período en el que Guns N' Roses «sacó una rebeldía hedonista y revivió la actitud punk impulsada por el hard rock, con referencias de los primeros álbumes de The Rolling Stones».8


lunes, 21 de julio de 2014

"Latinoamérica y España: recíproca invasión sonora"

 

"El intercambio de artistas españoles y latinoamericanos se ha consolidado con efectos culturales y económicos"

POR:YUMBER VERA ROJAS.

El transatlántico de ida y vuelta de los artistas musicales españoles y latinoamericanos fluye con más naturalidad cada año. Sobre todo en verano. Si hasta hace unas décadas eran especialmente los músicos españoles quienes hacía las américas, ahora son los argentinos, colombianos, mexicanos, chilenos o cubanos los que hacen sonar sus ritmos en Europa.

Un intercambio musical que en medio siglo puede resumirse en un oleaje que va de Julio Iglesias y Raphael a Andrés Calamaro y Juanes; de Camilo Sesto y Rocío Durcal a Maná y Shakira; de Sabina y Joan Manuel Serrat a Calle 13 y Bomba Estéreo; de Miguel Bosé y David Bisbal a Jorge Drexler y Omara Portuondo; de Bebe y La oreja de Van Gogh a Marc Anthony y Meneo; de Nino Bravo y Mijares & Emmanuel a Chucho Valdés y Systema Solar; de Mocedades y Bumbury a Pimpinela y Carlos Vives...

Economía y festivales

Entrado el periodo estival, lo que inicialmente parecía un inocuo desfile latinoamericano de géneros disímiles entre sí y de trayectorias posibles en el caleidoscopio generacional, en realidad se trata de una invasión sonora con consecuencias culturales y económicas cada vez más profundas.

Todo esto ha puesto de manifiesto, nuevamente, el crecimiento de un mercado que hasta hace una década sólo tenía como probables vitrinas en la península, salvo en circunstancias excepcionales que aludían a una leyenda de los ritmos afrocaribeños o a una estrella del latin pop para garantizar el éxito de convocatoria, a eventos institucionales, encuentros de world music, y aforos a los que básicamente asistían las colectividades de inmigrantes originarias de esta parte de Occidente.

No obstante, ante el agotamiento conceptual que han demostrado en los últimos años las propuestas musicales anglosajonas, América Latina se tornó en un área de consulta y de oferta constante en todo el mundo, lo que se ha reflejado también en España. Al punto de que en noviembre pasado se realizó en Bilbao la primera edición del BIME, que, secundando a festivales como PortAmérica, La Mar de Músicas, Pirineos Sur, Sónar (tras intentar posicionarse en Sudamérica a través de Sao Paulo, aunque sin éxito, en 2015 pondrá sus fichas en Santiago de Chile y Bogotá) o Primavera Sound (Argentina fue el país invitado en 2013, al tiempo que Brasil desplegó en la realización de 2014 un tris de su potencial sonoro), tuvo entre sus premisas tender un puente en el que Europa tome nota de las experiencias latinoamericanas, y viceversa. Y es que después del crack económico español, la inmensa comarca que comprende desde Río Grande hasta Tierra del Fuego se convirtió en un modelo a seguir en épocas de crisis, incluso para la industria del entretenimiento.

A pesar de que todavía pululan los identikits acerca del imaginario de la cultura latina, en los que la pachanga, la tribalidad o la tropicalidad se prevén como supuestos dinamos de la cotidianidad en las distintas sociedades que componen “la raza cósmica” (evocando al ensayo del filósofo mexicano José Vasconcelos Calderón), España y el resto de Europa se vieron atraídas por las novedosas formas discursivas de la música de América Latina, y por la manera en que encajaron dentro del concierto global.

 Peregrinación española

Pero la peregrinación hacia ese deslumbramiento ha sido ardua y longeva, al tiempo que estuvo envuelta por una maduración idiosincrática que debió escudarse en los estereotipos para luego apelar por el desparpajo de la modernidad. Aunque quizá lo más interesante de todo este proceso haya sido el escenario en el que se desarrolló, pues sucedió en medio del vaivén migratorio ocasionado por las hiperinflaciones y el paquetazo neoliberal que devastaron a las principales urbes latinoamericanas en el ocaso de los ochenta, lo que tornó en diálogo un monólogo donde sólo hablaban los exponentes españoles.

“No voy al extranjero cuando estoy en América”, aseguró el cantante Raphael en Colombia, en 2010, mientras promocionaba su disco Te llevo en el corazón, en el que, a manera de tributo al continente en el que se transformó en ídolo de multitudes tras su primera visita, en 1967, repasa algunos de los clásicos del cancionero popular latinoamericano. Al igual que El niño de Linares, de reciente paso por esta orilla del Atlántico, donde presentó su álbum Mi gran noche, un sinnúmero de solistas y grupos españoles, al menos desde la infiltración de la cultura pop en la región, no sólo juegan de local en América Latina, sino que llegaron a convertirla en su laboratorio musical —Paco de Lucía, después de su paso por Perú, a fines de los setenta, introdujo el cajón en el flamenco, al tiempo que Rocío Durcal descubrió en la ranchera el broncodilatador para una carrera a la que se le había agotado el oxígeno— y hasta en su hogar —Joan Manuel Serrat se exilió en México, en 1975, a causa de la reacción del franquismo ante su repudio al fusilamiento de tres militantes de las FRAP y dos de ETA—.

Aunque el dial latinoamericano dio cuenta en la década del sesenta de la existencia del pop y del ye-yé ibérico, a través de los éxitos de Los Mustang, de Los Bravos, de Fórmula V y de Karina o de las películas que protagonizaba Concha Velasco, fue a comienzos de los setenta cuando la música de la nación europea desembarcó fuerte de la mano de sus baladistas, lo que desdibujó esa imagen anacrónica que existía sobre España, pues aún era sinónimo de pasodoble, flamenco, copla y zarzuela.

Si bien Nino Bravo y Jeanette alertaron acerca de la morfología cancionera que se estaba cocinando al otro lado del océano, no hubo tiempo ni siquiera para reaccionar frente a ese fenómeno al momento del asalto de Julio Iglesias, Camilo Sesto, Mocedades, Perales y el resto de la artillería pesada de la balada romántica. Lo que se amplificó con la creación, en 1972, del Festival OTI de la Canción, instalando en América Latina no sólo el género sino la nueva gran plaza laboral para artistas españoles.

 Peregrinación americana

Mientras tanto en España, poco y nada se conocía de la música que se gestaba en esa época en América Latina, salvo por casos específicos como el de Los Impala, el primer gran grupo del rock venezolano, que en los sesenta llegó hasta allá en busca de fogueo y aventura, lo que se tradujo en la evolución de su sonido del Merseybeat a una psicodelia alcaloide y en su participación en la película Hamelín (1968). Al igual que el del argentino Gato Pérez, figura revolucionaria de la rumba catalana, que fue secundado por un contingente de compatriotas suyos que aterrizó en Barajas huyendo de la última dictadura militar de ese país, del que destacaron Mercedes Sosa o la diáspora rockera conformada por Moris, Aquelarre, Sergio Makaroff, la mitad de Tequila (Ariel Rot y Alejo Stivel), y el productor musical Jorge Álvarez (creador de Mecano y Olé Olé), quienes, amén de su importancia en la nación rioplatense, fueron influyentes en el cambio de chip que experimentó la escena sonora local durante la Transición española. Pista aparte tienen los salseros y soneros mayores como Celia Cruz, Rubén Blades, Willie Colón...

Pese a que en los setenta la industria fonográfica de la América Latina hispanoparlante (comandada por México, Argentina, Colombia y Venezuela) disfrutaba de un envidiable estado de salud, en la primera mitad de la década siguiente cayó en picada, a diferencia de la de España, cuyas ventas pegaron un salto considerable. Situación que se reflejó en las giras de los artistas españoles en la región, que disminuyeron progresivamente hasta que en los noventa alcanzaron un nivel mesetario, al igual que en el posicionamiento de nuevas avanzadas como la Movida Madrileña, la cual apenas pudo impactar en México, Colombia, Venezuela y Uruguay, o el indie estatal, al que le ha costado calar. Y es que, con excepción de Miguel Ríos, Barón Rojo, La Polla Récords, Alaska y Dinarama, Miguel Bosé, Toreros Muertos, Siniestro Total o Héroes del Silencio (guante que tomó luego Bunbury con su carrera solista), el efecto del rock español en América fue escuálido, lo que también se reflejó en la orilla de enfrente con respecto a la escena de acá.

Ida y vuelta

Más allá del esfuerzo de Miguel Ríos por construir un viaducto que enlazara a España con América Latina, al organizar, junto con el productor Carlos Narea, los Encuentros de Rock Iberoamericano en el Palacio de los Deportes de Madrid, en 1986, al que asistieron algunos referentes de las movidas latina y española, el cortocircuito entre ambas orillas era claro. Lo que comenzó a cambiar en los noventa, cuando, agobiados por las crisis, miles de latinoamericanos cruzaron el Atlántico en busca de mejores condiciones laborales. Uno de ellos fue Andrés Calamaro, quien halló en Madrid el contexto idóneo para renovar su pulso compositivo, lo que le permitió no sólo hacerse de una nueva audiencia, sino conmocionar a una generación de cantautores locales. Aunque el rockero no desatendió su obra en Argentina, e incluso le sacó rédito a su circunstancia geográfica para proyectarse hacia Sudamérica, México, Estados Unidos y Europa. Iniciativa que también llevaron adelante los baladistas, salseros, raperos o DJs que llegaron al Viejo Continente para relanzar sus carreras.

Al mismo tiempo que figuras del temple de Joaquín Sabina y Alejandro Sanz se arraigaban decididamente en la audiencia latinoamericana, los artistas originarios de la región que hicieron de España su nuevo hogar, como Arianna Puello, Jorge Drexler o Coti ayudaron a dinamizar y equilibrar gradualmente el diálogo y el intercambio entre sendos polos. Esta iniciativa contó asimismo con el respaldo de la revista y factoría Zona de Obras, fundada por argentinos establecidos en Zaragoza en los noventa, que, además de tornarse en la referencia periodística de la cultura latina en España, logró, con el apoyo de SGAE y de Casa de América, desarrollar un sinnúmero de actividades que apuntaron hacia la mancomunión iberoamericana, lo que implicó desde la edición de discos y libros hasta su participación en la realización de festivales de la relevancia de Vivamérica, Viva la Canción o Rock en Ñ.

A diferencia de Europa, donde las distancias son relativamente cortas, en América Latina organizar una gira es una tarea compleja. Sin embargo, en los últimos tiempos Sudamérica y México se convirtieron en territorios fértiles para la producción de festivales. La debacle de la industria musical ocasionó una libre competencia que posibilitó que desde David Bisbal hasta El Columpio Asesino tuvieran las mismas oportunidades para explotar su obra en el continente. Y hasta estimuló a Xoel López a concebir la Caravana Americana, que, tras sus andanzas por esta inmensa geografía, cerró en 2010 con una serie de shows, en Vigo, Bilbao y Madrid, para la que invitó a sus amigos músicos iberoamericanos.

Tras años de intercambio, las músicas de ambos lados van y vienen y se enriquecen, y se cantan y se bailan. Incluso algún grupo español primero triunfa en México, como es el caso de La quinta estación. Y en ese ir y venir, artistas que colaboran mutuamente y que conquistan mercados intercontinentales como Shakira, Alejandro Sanz o Juanes.

Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2014/07/21/actualidad/1405965999_582399.html

sábado, 5 de julio de 2014

"Todo sobre el orgasmo"





  Descubre qué hay detrás de ese intenso momento de placer


 “No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele”.
Así se describe el “Orgasmo”, un artículo realizado por el escritor uruguayo Eduardo Galeano, porque no existe ninguna explicación científica que pueda rivalizar con la belleza de la literatura. Por otra parte, siempre oímos y leemos muchas cosas sobre los orgasmos, sobre las transformaciones fisiológicas que genera o el número de veces que se puede conseguir o no. Sin embargo, muy pocas veces nnos enteramos de verdad qué ocurre cuando experimentamos lo que los franceses llaman “la petite mort”.

Excitación y placer, dos conceptos distintos

La opinión de la ginecóloga, sexóloga y directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona, Francisca Molinero, señala que la excitación y placer son conceptos distintos. Mientras el primero pertenece a la dimensión fisiológica y forma parte de los reflejos, la sensaciones y las habilidades corporales; el segundo tiene más que ver con la psique, la capacidad de percibir cosas y las connotaciones que se les atribuyen “positivas o negativas”, la imaginación erótica e incluso los sentimientos. Lo que supone que estar excitada y sentir placer no siempre son actos consecuentes.

Orgasto y orgasmo, dos términos que debes conocer

En el término de sexología existen dos aspectos que son muy importantes conocer: el orgasto y el orgasmo. El primero de estos se designa la respuesta fisiológica del clímax, el cual todos conocemos; mientras que el segundo sería la experiencia cerebral de lo anterior.
Para llegar al éxtasis, señala Molinero, “es necesario que esa información física llegue al cerebro y que éste le de paso, la deje entrar, por lo tanto hay siempre algo de ‘autorización’ a la hora de experimentar un orgasmo”.
La mayoría de los casos de anorgasmia primarios (en los que nunca se ha tenido esta sensación) se deben, según la experta, “a una falta de adiestramiento personal y a causas psicológicas más que físicas: una mala programación en la visión o idea que nos inculcaron del sexo, falta de aceptación, tensión emocional o incapacidad para dejarse llevar, propia de mentes excesivamente racionales”. Esto quiere decir que para tener un orgasmo hay que tener previamente un orgasto, pero este no nos garantiza, necesariamente, “tocar el cielo”.

¿Qué es el síndrome de excitación sexual persistente?

Mientras muchas mujeres luchan por conseguir, mejorar o facilitar sus orgasmos, otras se encuentran en el polo opuesto, debido a que sufren lo que se conoce como el síndrome de excitación sexual persistente. Las mujeres con esta patología, explica Molinero, “sienten a menudo excitación pero esta se encuentra lejos de ser placentera, la describen más bien como una enorme y dolorosa presión o pulsación en los genitales que pide a gritos su liberación por medio del orgasmo”. Este síndrome no tiene nada que ver con la ninfomanía y representa un verdadero tormento para las féminas que lo sufren.
Así lo refleja el documental 100 Orgasmos al día. En él, Rachel, una de las tres mujeres que participan, ama de casa y madre de tres hijos, explica cómo la excitación aparece sin previo aviso y sin que ella la pretenda. Todo lo que produce una vibración, como su lavadora, puede agravar su trastorno. La agitación llega mientras está de compras en el supermercado, en medio de la clase de Pilates o cuando está haciendo cola en el banco. El título del documental responde a la realidad, ya que algunas mujeres confiesan que, si no se controlaran, podrían tener hasta 100 orgasmos diarios.
Según Francisca Molero, “no hay todavía un tratamiento para este trastorno, que no es sino una desconexión entre el cerebro y la parte genital. Lo que mejor resultado está dando es la terapia cognitivo conductual”.
En el tema de los orgasmos tenemos, todavía, mucho que aprender. Por ello, volvemos al cálido abrazo de Eduardo Galeano, quien nos dice al oído: “Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace”.
Con información de Actitudfem

Fuente: http://www.noticias24.com/salud/noticia/24175/todo-sobre-el-orgasmo-descubre-que-hay-detras-de-ese-intenso-momento-de-placer/